Entrevista Realizada al Licenciado en Psicología Eduardo Ogian por Pipo Palacios para la revista Signos y Marcas.
¿Qué se entiende por inseguridad?
la inseguridad la podríamos entender como el temor a posibles agresiones sociales que pongan en riesgo la integridad física o psíquica de las personas, siendo víctimas de secuestros, violaciones, asaltos, etc. También se encuentra incluido en el concepto la amenaza a perder la estabilidad y el orden de su vida a partir de una crisis en lo económico, ambiental/ecológico, familiar, laboral y/ó personal. El miedo esencialmente es a la traumatización de posibles eventos de los cuales las personas hacen su representación desde su vulnerabilidad. La percepción que el posible evento supere sus recursos, posiciona a la persona en un estado de indefensión.
¿La Inseguridad enferma? En la inseguridad, lo que tiende a producir patología es la percepción de amenaza constante del proceso de crisis o de los posibles impactos traumatizantes, es decir que la tensión que genera la actitud de alarma es lo esencialmente nocivo para las personas. Por ejemplo: una persona que siente y piensa que van a agredirlo o robarle, va a generar un desgaste físico y emocional con su consecuente patología.
¿Qué síntomas puede generar ese sentimiento de inseguridad social en las personas?
Los sentimientos, sensaciones, conductas y respuestas físicas son compatibles a los síndromes por estrés y trastornos por ansiedad ante estados de hipervigilancia. Preocupación intrusiva y sistemática, insomnio, tensión muscular, angustia, respuesta sobresaltada, miedo ó sentimientos de terror, dificultad de concentración, conductas evitativas son algunos de sus síntomas prevalentes.
¿Cómo puede manejarse el temor?
En principio es imprescindible discernir cuán real es la amenaza y cuánto se debe a una significación propia de la persona. A partir de allí tomar las acciones preventivas que se requieran al primer caso ó buscar ayuda terapéutica para resignificar sus ideaciones si estas fuesen exageradas.
¿El adicto puede llegar a matar para conseguir drogas o el dinero para comprarla?
El consumo de sustancias se ha ido incrementando desde la década del 90 en adelante debido a cambios radicales en lo socio/cultural. También se han diversificado los tipos de consumo y las sustancias, así como ha disminuido la edad de inicio y aumentado la frecuencia. En el gran espectro de sustancias se encuentran drogas y combinaciones que provocan agresión y hasta altos niveles de violencia. Este es un componente preocupante, ya que el adicto intoxicado con estos compuestos puede ser muy violento y necesitar mantenerse en acción y agresión para evadir el estado de sopor. Por otra parte, está el hecho de los diversos actos de ataque y agresión a otras personas para robar y traficar con fines de consumo. En algunos de estos asaltos no media ninguna posibilidad de resguardo y límite, peligrando la integridad de la persona atracada cuando el asaltante se encuentra exaltado debido a ciertos tipos de intoxicación. Luego, dentro del ambiente del consumo, nadie es amigo de nadie y todo vale, por lo que si a esto le agregamos la variable intoxicación con sustancias que promueven violencia, las consecuencias pueden ser fatales.
A modo de conclusión podríamos decir que en ambientes desfavorables y/o familias violentas y/o abandónicas, la alternativa que crezcan hijos en riesgo es altamente posible. La sensación de no tener un futuro es lo que produce pánico y resentimiento, esto se transforma en hostilidad y marginalidad urbana. Esta se manifiesta como el producto de un sistema, que hace décadas viene fracasando. Se ha manipulado a las personas con clientelismo atacando su dignidad y empobreciendo sus valores. Para tomar en serio este tema, es imprescindible la generación de políticas públicas que aborden la marginalidad y la violencia en forma más compleja, con acciones de promoción comunitaria basadas en el desarrollo de los individuos y sus capacidades, de sus accesos a la autogestión y de fortalecimiento de su autoestima.
El presente blog tiene como finalidad, establecer un espacio de intercambio científico , en donde se puedan exponer y debatir un amplio espectro de trabajos, temas, opiniones e investigaciones de las ciencias humanas, asi cómo sus actualizaciones .
martes, 26 de mayo de 2009
viernes, 24 de abril de 2009
Despenalización del consumo de sustancias en Argentina
Por: Eduardo Jorge Ogian
Licenciado en Psicología
Nadie con sus sentidos íntegros puede dudar de lo nocivo de las sustancias psicotóxicas tanto hacia la persona que lo consume, como para la comunidad que rodea dicho consumidor.
Los distintos estupefacientes ( se denomina así por lo estupidizante) se han dispersado en nuestro país y actualmente de manera alarmante, poniendo en riesgo tanto la salud, el bienestar como la seguridad de todos los habitantes. Niños adolescentes y adultos, se ven volcados cada vez más a la ingestión de estupefacientes con consecuencias indeseables.
La situación se plantea a partir que, sin lugar a dudas, algunos políticos piensan más en el presupuesto que en el perjuicio que provoca estimular y dictar leyes sin el aval científico, Hacen una lectura romántica, en donde la liberación hace a la disminución de la trasgresión, creyendo que luego de la despenalización, van a surgir recursos económicos para armar estructuras y estrategias planificadas para suplantar lo instituido( cuando el sistema que tienen en acción ya carece de fondos). Generalmente se plantean leyes que luego carece de la respuesta económica para llevarlas a cabo.
Este es el caso de la propuesta de despenalización de consumo de sustancias en Argentina, la cuál ha sido a las claras un fracaso absoluto en distintos países del mundo como fue el caso de Suecia en la cuál duró dos años, porque llegó a perjudicar a un gran porcentaje de jóvenes de ese país.
El problema que presenta la ley actual no es la ley en si misma sino su aplicación. Se contemplan los recursos de medidas educativas y curativas, estas permiten establecerse como instrumentos fundamentales para el tratamiento de esta problemática con el seguimiento de la ley, para aquella persona que ha sido arrestada por tenencia y con un compromiso por abuso y/o dependencia a una sustancia.( ley 23737).
El punto de partida:
La marihuana y el alcohol son la mayoría de las veces la puerta de entrada al consumo de otras sustancias y muchas veces el principio de una adicción . La marihuana es una sustancia que no muestra abstinencia denotada en las personas que la consumen. Durante meses posteriores al consumo, quedan metabolitos en el organismo que hacen que no se padezca ningún síndrome de abstinencia, es por ello, que la considero muy peligrosa, porque al no padecerse las sensaciones desagradables de la deprivación la transforman en traicionera, Esto produce una especie de influjo hipnótico en el consumidor que no permite su reacción reflexiva, y por supuesto, evita la detención de su consumo.
Ahora, si analizamos los aspectos poco vistos de la Ley nos encontraríamos con las siguientes contradicciones:
Los informes muestran, que son cada vez más las personas que trafican para seguir consumiendo, por lo cuál se establece una paradoja en la cuál se liberan los límites al consumidor, pero si no tiene dinero para hacerlo, el recurso es el tráfico, entonces el límite en este caso va a ser impreciso y muy difícil de distinguir.
Por otro lado, para consumir muchos adictos, al no tener el dinero para hacerlo terminan robando para comprar la sustancia, por lo cual la segunda paradoja se cimenta en que se libera el consumo de sustancias peligrosas a través de la despenalización contradiciéndose esto con las variables delictivas que rodean al consumo.
La tercer paradoja es que el derecho tiene en sus principios la protección de la integridad y los derechos a la vida y la salud, despenalizar es, en este caso ir en contra de esos derechos de las personas y en contra del cuidado de la integridad psíquica y física de las personas que son en este caso responsabilidad del estado Nacional. Sabiendo ampliamente, que el consumo de sustancias, hace incrementar notablemente los accidentes y produce en sí mismo deterioros irreversibles (como lo que está haciendo el Paco), dar libertad de consumo es dar espacios para que se esparza este flagelo.
Sabemos también que al despenalizar el consumo, se abre un mercado más amplio y que entonces hay drogas pesadas que podrían entrar más fácilmente al país por sus posibilidades de venta ( gracias a la despenalización) como son la heroína la cuál provoca adicción frente a la primer toma, aumentando notablemente los índices de violencia y delincuencia con componentes agresivos.
Concluyendo,
Despenalizar es un acto de imprudencia e irresponsabilidad no de protección de los derechos humanos, dando lugar al deterioro de nuestros jóvenes, y que el aval de otros países no debe ser de importancia, porque luego no van a ser ellos los quienes vengan a sostener el caos y el deterioro que muchas veces es irreversible, ni van a financiar la reparación del daño que semejante determinación representa.
En vez de buscar avales en otros países, ó adherir a ellos, Abría que preguntarle a los padres y familiares de personas dependientes de sustancias y a las mismas víctimas de este flagelo si les parece bien dar rienda suelta al infierno que ellos vivieron ,y que este sea esparcido más naturalmente y sin límites a través de la sociedad. Para aquellos que desean recuperarse, habría que preguntarles si esta ley les permite hacer las cosas más fáciles y los favorece en su recuperación (estando más al alcance lo dudo),y por último preguntarnos a los profesionales que tratamos este tema si vamos a permitir que la ignorancia de un legista gobierne los destinos de la salud de nuestro pueblo intentando deteriorar así una de las bases fundamentales para una vida comunitaria saludable. Los legisladores deben bregar por el cuidado de esa salud y por evitar las consecuencias sociales que despenalizar acarrea. Es imprescindible ver el bosque más allá del árbol.
Referencias Bibliográficas
Licenciado en Psicología
Nadie con sus sentidos íntegros puede dudar de lo nocivo de las sustancias psicotóxicas tanto hacia la persona que lo consume, como para la comunidad que rodea dicho consumidor.
Los distintos estupefacientes ( se denomina así por lo estupidizante) se han dispersado en nuestro país y actualmente de manera alarmante, poniendo en riesgo tanto la salud, el bienestar como la seguridad de todos los habitantes. Niños adolescentes y adultos, se ven volcados cada vez más a la ingestión de estupefacientes con consecuencias indeseables.
La situación se plantea a partir que, sin lugar a dudas, algunos políticos piensan más en el presupuesto que en el perjuicio que provoca estimular y dictar leyes sin el aval científico, Hacen una lectura romántica, en donde la liberación hace a la disminución de la trasgresión, creyendo que luego de la despenalización, van a surgir recursos económicos para armar estructuras y estrategias planificadas para suplantar lo instituido( cuando el sistema que tienen en acción ya carece de fondos). Generalmente se plantean leyes que luego carece de la respuesta económica para llevarlas a cabo.
Este es el caso de la propuesta de despenalización de consumo de sustancias en Argentina, la cuál ha sido a las claras un fracaso absoluto en distintos países del mundo como fue el caso de Suecia en la cuál duró dos años, porque llegó a perjudicar a un gran porcentaje de jóvenes de ese país.
El problema que presenta la ley actual no es la ley en si misma sino su aplicación. Se contemplan los recursos de medidas educativas y curativas, estas permiten establecerse como instrumentos fundamentales para el tratamiento de esta problemática con el seguimiento de la ley, para aquella persona que ha sido arrestada por tenencia y con un compromiso por abuso y/o dependencia a una sustancia.( ley 23737).
El punto de partida:
La marihuana y el alcohol son la mayoría de las veces la puerta de entrada al consumo de otras sustancias y muchas veces el principio de una adicción . La marihuana es una sustancia que no muestra abstinencia denotada en las personas que la consumen. Durante meses posteriores al consumo, quedan metabolitos en el organismo que hacen que no se padezca ningún síndrome de abstinencia, es por ello, que la considero muy peligrosa, porque al no padecerse las sensaciones desagradables de la deprivación la transforman en traicionera, Esto produce una especie de influjo hipnótico en el consumidor que no permite su reacción reflexiva, y por supuesto, evita la detención de su consumo.
Ahora, si analizamos los aspectos poco vistos de la Ley nos encontraríamos con las siguientes contradicciones:
Los informes muestran, que son cada vez más las personas que trafican para seguir consumiendo, por lo cuál se establece una paradoja en la cuál se liberan los límites al consumidor, pero si no tiene dinero para hacerlo, el recurso es el tráfico, entonces el límite en este caso va a ser impreciso y muy difícil de distinguir.
Por otro lado, para consumir muchos adictos, al no tener el dinero para hacerlo terminan robando para comprar la sustancia, por lo cual la segunda paradoja se cimenta en que se libera el consumo de sustancias peligrosas a través de la despenalización contradiciéndose esto con las variables delictivas que rodean al consumo.
La tercer paradoja es que el derecho tiene en sus principios la protección de la integridad y los derechos a la vida y la salud, despenalizar es, en este caso ir en contra de esos derechos de las personas y en contra del cuidado de la integridad psíquica y física de las personas que son en este caso responsabilidad del estado Nacional. Sabiendo ampliamente, que el consumo de sustancias, hace incrementar notablemente los accidentes y produce en sí mismo deterioros irreversibles (como lo que está haciendo el Paco), dar libertad de consumo es dar espacios para que se esparza este flagelo.
Sabemos también que al despenalizar el consumo, se abre un mercado más amplio y que entonces hay drogas pesadas que podrían entrar más fácilmente al país por sus posibilidades de venta ( gracias a la despenalización) como son la heroína la cuál provoca adicción frente a la primer toma, aumentando notablemente los índices de violencia y delincuencia con componentes agresivos.
Concluyendo,
Despenalizar es un acto de imprudencia e irresponsabilidad no de protección de los derechos humanos, dando lugar al deterioro de nuestros jóvenes, y que el aval de otros países no debe ser de importancia, porque luego no van a ser ellos los quienes vengan a sostener el caos y el deterioro que muchas veces es irreversible, ni van a financiar la reparación del daño que semejante determinación representa.
En vez de buscar avales en otros países, ó adherir a ellos, Abría que preguntarle a los padres y familiares de personas dependientes de sustancias y a las mismas víctimas de este flagelo si les parece bien dar rienda suelta al infierno que ellos vivieron ,y que este sea esparcido más naturalmente y sin límites a través de la sociedad. Para aquellos que desean recuperarse, habría que preguntarles si esta ley les permite hacer las cosas más fáciles y los favorece en su recuperación (estando más al alcance lo dudo),y por último preguntarnos a los profesionales que tratamos este tema si vamos a permitir que la ignorancia de un legista gobierne los destinos de la salud de nuestro pueblo intentando deteriorar así una de las bases fundamentales para una vida comunitaria saludable. Los legisladores deben bregar por el cuidado de esa salud y por evitar las consecuencias sociales que despenalizar acarrea. Es imprescindible ver el bosque más allá del árbol.
Referencias Bibliográficas
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