viernes, 24 de abril de 2009

Despenalización del consumo de sustancias en Argentina

Por: Eduardo Jorge Ogian
Licenciado en Psicología

Nadie con sus sentidos íntegros puede dudar de lo nocivo de las sustancias psicotóxicas tanto hacia la persona que lo consume, como para la comunidad que rodea dicho consumidor.

Los distintos estupefacientes ( se denomina así por lo estupidizante) se han dispersado en nuestro país y actualmente de manera alarmante, poniendo en riesgo tanto la salud, el bienestar como la seguridad de todos los habitantes. Niños adolescentes y adultos, se ven volcados cada vez más a la ingestión de estupefacientes con consecuencias indeseables.

La situación se plantea a partir que, sin lugar a dudas, algunos políticos piensan más en el presupuesto que en el perjuicio que provoca estimular y dictar leyes sin el aval científico, Hacen una lectura romántica, en donde la liberación hace a la disminución de la trasgresión, creyendo que luego de la despenalización, van a surgir recursos económicos para armar estructuras y estrategias planificadas para suplantar lo instituido( cuando el sistema que tienen en acción ya carece de fondos). Generalmente se plantean leyes que luego carece de la respuesta económica para llevarlas a cabo.

Este es el caso de la propuesta de despenalización de consumo de sustancias en Argentina, la cuál ha sido a las claras un fracaso absoluto en distintos países del mundo como fue el caso de Suecia en la cuál duró dos años, porque llegó a perjudicar a un gran porcentaje de jóvenes de ese país.
El problema que presenta la ley actual no es la ley en si misma sino su aplicación. Se contemplan los recursos de medidas educativas y curativas, estas permiten establecerse como instrumentos fundamentales para el tratamiento de esta problemática con el seguimiento de la ley, para aquella persona que ha sido arrestada por tenencia y con un compromiso por abuso y/o dependencia a una sustancia.( ley 23737).

El punto de partida:
La marihuana y el alcohol son la mayoría de las veces la puerta de entrada al consumo de otras sustancias y muchas veces el principio de una adicción . La marihuana es una sustancia que no muestra abstinencia denotada en las personas que la consumen. Durante meses posteriores al consumo, quedan metabolitos en el organismo que hacen que no se padezca ningún síndrome de abstinencia, es por ello, que la considero muy peligrosa, porque al no padecerse las sensaciones desagradables de la deprivación la transforman en traicionera, Esto produce una especie de influjo hipnótico en el consumidor que no permite su reacción reflexiva, y por supuesto, evita la detención de su consumo.

Ahora, si analizamos los aspectos poco vistos de la Ley nos encontraríamos con las siguientes contradicciones:
Los informes muestran, que son cada vez más las personas que trafican para seguir consumiendo, por lo cuál se establece una paradoja en la cuál se liberan los límites al consumidor, pero si no tiene dinero para hacerlo, el recurso es el tráfico, entonces el límite en este caso va a ser impreciso y muy difícil de distinguir.
Por otro lado, para consumir muchos adictos, al no tener el dinero para hacerlo terminan robando para comprar la sustancia, por lo cual la segunda paradoja se cimenta en que se libera el consumo de sustancias peligrosas a través de la despenalización contradiciéndose esto con las variables delictivas que rodean al consumo.
La tercer paradoja es que el derecho tiene en sus principios la protección de la integridad y los derechos a la vida y la salud, despenalizar es, en este caso ir en contra de esos derechos de las personas y en contra del cuidado de la integridad psíquica y física de las personas que son en este caso responsabilidad del estado Nacional. Sabiendo ampliamente, que el consumo de sustancias, hace incrementar notablemente los accidentes y produce en sí mismo deterioros irreversibles (como lo que está haciendo el Paco), dar libertad de consumo es dar espacios para que se esparza este flagelo.

Sabemos también que al despenalizar el consumo, se abre un mercado más amplio y que entonces hay drogas pesadas que podrían entrar más fácilmente al país por sus posibilidades de venta ( gracias a la despenalización) como son la heroína la cuál provoca adicción frente a la primer toma, aumentando notablemente los índices de violencia y delincuencia con componentes agresivos.

Concluyendo,
Despenalizar es un acto de imprudencia e irresponsabilidad no de protección de los derechos humanos, dando lugar al deterioro de nuestros jóvenes, y que el aval de otros países no debe ser de importancia, porque luego no van a ser ellos los quienes vengan a sostener el caos y el deterioro que muchas veces es irreversible, ni van a financiar la reparación del daño que semejante determinación representa.
En vez de buscar avales en otros países, ó adherir a ellos, Abría que preguntarle a los padres y familiares de personas dependientes de sustancias y a las mismas víctimas de este flagelo si les parece bien dar rienda suelta al infierno que ellos vivieron ,y que este sea esparcido más naturalmente y sin límites a través de la sociedad. Para aquellos que desean recuperarse, habría que preguntarles si esta ley les permite hacer las cosas más fáciles y los favorece en su recuperación (estando más al alcance lo dudo),y por último preguntarnos a los profesionales que tratamos este tema si vamos a permitir que la ignorancia de un legista gobierne los destinos de la salud de nuestro pueblo intentando deteriorar así una de las bases fundamentales para una vida comunitaria saludable. Los legisladores deben bregar por el cuidado de esa salud y por evitar las consecuencias sociales que despenalizar acarrea. Es imprescindible ver el bosque más allá del árbol.
Referencias Bibliográficas